A por todas
Ilusión, sí, esa es la palabra
que mejor define lo que sentí cuando vi la foto de Enrique Molinero (EA1IXX) en
las redes sociales posando con su licencia de operador de radio recién
obtenida. Pero igual que sucede en una boda a la que asistes con la que va a
ser tu futura esposa, y solo haces que pensar en que tú serás el próximo… pues
eso mismo se me pasó por la cabeza.
Cierto es que me costaba mucho
separarme de equipos de radio de 27Mhz pero rindiéndome a la evidencia y aunque
hoy todavía me cueste reconocerlo, nuestros intentos por reflotar la banda de
once metros en nuestra provincia no habían servido de mucho ni de nada, así que
estaba claro, tenía que cambiar el enfoque que en un primer momento quise darle
a mi afición y dirigir mis pensamientos en seguir los pasos de Moli (EA1IXX) y
seguir los consejos de todos los colegas de la Sección Local de Ure que siempre
me hablaron de la escasa o nula actividad de la Banda Ciudadana en nuestra
zona.

Siempre he sido de letras, como se suele decir, de letras puras, por lo que aprender o entender de física, de electricidad… con sus respectivas fórmulas y teorías, ha resultado ser para mí, todo ello unido a la falta de tiempo, de bastante dificultad. Y con esto no quiero quitarle las intenciones a nadie ya que todo ese esfuerzo se ve recompensado por la enorme satisfacción que supone tener a tu alrededor tanta gente dispuesta a tenderte su mano y ayudarte sin pedir nada a cambio, y es que en definitiva, la solidaridad y el compañerismo es la esencia de la radioafición.
Cayó en mis manos un archivo de
audio de Miguel Ángel Ruano (EC1DJ) y Ángeles Mate (EC1YL) así que lo grabé en
una cinta de casete y se convirtió en mi compañera de viaje y me ayudó, vaya
que si me ayudó. Durante unos meses no sonaba más melodía en mi coche que la
voz de Ángeles.
Ahora o nunca. Creo que llegó el momento, mi momento, así
que, me puse en contacto con la Subdelegación de Telecomunicaciones de
Salamanca y reservé el día para dar el paso. ¿Nervioso…? pues claro, ¿emocionado…? también. Cuarenta y cinco minutos sentado delante de la pantalla bastaron para demostrarme que el esfuerzo y
el trabajo no habían sido en vano. El Secretario me dijo que el test había sido
calificado como Apto, pero no hice ni dije nada hasta que no tuve el
certificado y la licencia en mi poder. Las "letras" ya tenía las letras, así que quise compartir mi emoción e ilusión con
todos los que a mi lado estaban y obtuve sus palabras de felicitación pero
algo, o mejor dicho, alguien faltó en ese momento y me sentí vacío. Me faltaron las palabras de aliento de mi padre, las lecciones prometidas de Javi (EA1AUS - SK) y el
apoyo de mi mujer que hoy por hoy... todavía echo en falta.